Y mientras yo me pudro entre tecnología y
sedentarismo, ellos se pudren entre mierda y polvo.
Que no os enteráis, que las mosquiteras no
alejan los mosquitos, mas bien retienen los malos espíritus.
Y mientras yo me canso de mi suéter rosa, ellos
juegan desnudos y descalzos.
Y mi dulce ni tocarlo, pero que a ellos les
falte la carne.
Y broncead mi piel que es pálida natural y
dejad que la suya se marchite por enfermedad.
Y yo lloro porque me pica el codo y mis padres
no lo entienden. Y ellos ríen mientras los suyos lo dejan perecer, total, antes
eran ocho y ahora siete.
Y aún así, su sonrisa va de oreja a oreja y la
mía se delimita por la comisura de la ortodoncia.
Al final van a tener razón. Al final vamos a
ser muy diferentes.