Definitivamente,
uno está solo en este mundo y aquél que espere un puro e integro entendimiento
por los demás, puede esperar muriendo. O de lo contrario, abandonar el prurito
y morir viviendo.
Caprichosa
me han llamado. Caprichosa, en la decisión que se supone debería haber sido
hasta este momento de mi corta vida la más importante. Caprichosa, por parte de
uno de esos materialistas de esta sociedad, piratas de lo bohemio, que no sabe
discernir el capricho de una pasión erigida.
He
tenido la suerte de nacer con una de estas pasiones, y la desdicha de no
haberla podido ejercer hasta la fecha. Mas, no espero ser comprendida. No
espero que estos quiero-más de la
sociedad en la que vivimos, en la cual peligraba de reclutamiento, sepa la
diferencia.
Pero me da igual. Yo
ya no suspiro a la ventana, yo ya formo parte de ella.
Gregory Corbet |
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